Viernes, 25 de Septiembre de 2020

El COVID-19 disminuiría un promedio del 13% gracias al distanciamiento social

Este dato surge del más reciente informe sobre el confinamiento realizado en la Universidad de Oxford.

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En muchos países, las instalaciones sanitarias se han visto abrumadas por un aumento de casos de coronavirus, especialmente de pacientes que requieren cuidados intensivos. En ausencia de evidencia de regímenes de tratamiento efectivos o de una vacuna exitosa, la recomendación más pragmática ha sido aconsejar el distanciamiento físico para minimizar la transmisión de persona a persona con miras a aplanar la curva epidémica.

El objetivo principal de esta medida es prevenir una propagación más rápida y permitir más tiempo para que los servicios de salud estén mejor preparados para la prevención y el manejo de la enfermedad. Aunque la mayoría de los países han implementado algunas intervenciones de políticas destinadas al distanciamiento físico (por ejemplo, cierre de escuelas, lugares de trabajo y transporte público, y cancelación de eventos públicos), los datos sobre la efectividad y el cumplimiento de esas intervenciones de políticas son escasos. Hasta la fecha, existe poca evidencia sobre la efectividad comparativa de combinaciones o secuencias específicas de intervenciones.

Un equipo de trabajo encabezado por el especialista Nazrul Islam de la Unidad de Servicio de Ensayos Clínicos y Unidad de Estudios Epidemiológicos (CTSU) del Instituto de Big Data de la Universidad de Oxford, Oxford, se centró en establecer un análisis sobre estos supuestos. La mayor parte de la evidencia sobre la efectividad postulada de las intervenciones de distanciamiento físico proviene de estudios de modelos. Una revisión sistemática reciente informó que toda la evidencia de intervenciones de distanciamiento físico en la morbilidad y mortalidad relacionadas con COVID-19 proviene de estudios de modelos, y solo cuatro estudios observacionales se centraron en el síndrome respiratorio agudo severo y el síndrome respiratorio de Oriente Medio.

El Departamento de Salud del Reino Unido también destacó la disponibilidad limitada de datos sólidos sobre la efectividad de estas medidas contra la influenza. Dos estudios recientes de Wuhan, China y Hong Kong reportaron una reducción en el número de casos confirmados y transmisión asociados con intervenciones de política de distanciamiento físico. Sin embargo, los datos sobre la eficacia global son limitados.

“Dado el impacto en la salud y las economías de todo el mundo -cita textualmente el grupo a cargo de este nuevo análisis-, se necesita con urgencia evidencia para informar las respuestas políticas”. En este estudio experimental llevado a cabo en 149 países, decidieron comparar el cambio en la incidencia de la presencia de COVID-19 antes y después de la implementación de intervenciones políticas para el distanciamiento físico.

Alejándose del virus

En general, los 149 países analizaron, implementaron al menos una de las cinco políticas de distanciamiento físico entre enero y mayo, con al menos siete días de datos sobre la incidencia del virus. En los resultados observados, cinco intervenciones de distanciamiento físico comúnmente introducidas se asociaron con una reducción promedio del 13% en la incidencia de COVID-19. No se encontró ningún beneficio adicional asociado con la cancelación del transporte público cuando existía una combinación de cierres de escuelas, de lugares de trabajo, restricciones a reuniones masivas y de movimiento de población.

Se observó una mayor reducción en la incidencia cuando se incluyó la restricción de reuniones masivas en la combinación de intervención y cuando el cierre se implementó en paralelo con el cierre de escuelas y lugares de trabajo. La reducción en la incidencia de propagación del virus asociada con intervenciones de distanciamiento físico fue mayor en los países de ingresos altos, aquellos con una población de mayor edad (proporción de población mayor a 65 años),

“Nuestro hallazgo -explica Islam- se alinea con los hallazgos de un estudio epidemiológico reciente, que informó datos sobre la epidemia en Wuhan, China”. Este estudio encontró que una reducción en la incidencia del virus se asoció con una serie de intervenciones no farmacológicas (por ejemplo, “cordones sanitarios” o restricciones de movimiento, de tráfico, cuarentena domiciliaria, cuarentena centralizada). Estudios anteriores que examinaron datos históricos sobre las intervenciones de distanciamiento físico durante la pandemia de influenza de 1918-19 en los EE. UU. informaron efectos beneficiosos relevantes del cierre de escuelas, prohibiciones de reuniones públicas y aislamiento y cuarentena. Un estudio más reciente sobre las consecuencias económicas de la pandemia de influenza de 1918-19 concluyó que las intervenciones de distanciamiento físico se asociaron con una menor mortalidad. Este estudio también informó que, a pesar de los efectos adversos en la economía de la pandemia global, las regiones que tomaron medidas de distanciamiento físico antes crecieron económicamente más rápidamente en el período posterior a la pandemia.

Este gran estudio empírico logró reunir datos 149 países que variaban en términos de desarrollo económico y sistemas políticos y de salud. Responde preguntas clave sobre la combinación y secuencia de intervenciones de distanciamiento físico. Por ejemplo, indica que “el cierre del transporte público puede ser problemático, especialmente para quienes trabajan en servicios vitales, incluidos los de salud, atención y respuesta a emergencias”. El documento sugiere que, en presencia de otras medidas de distanciamiento físico, la falta de circulación del transporte público podría no mejorar sustancialmente el control de enfermedades. “El cierre de escuelas y lugares de trabajo y las restricciones a las reuniones masivas hacen que menos personas utilicen el transporte público, y esto podría ayudar a que sea más fácil mantener el distanciamiento físico entre quienes que trabajan en los sectores de servicios clave”, indican en su publicación. Las combinaciones de intervenciones que incluían restricciones en las reuniones masivas se asociaron consistentemente con una mayor reducción en la incidencia de COVIS-19. Lo mismo detectaron en la implementación temprana de restricciones en el movimiento de poblaciones.

Así, en síntesis y con los datos dispuestos, la evidencia sobre la efectividad de estas intervenciones hasta la fecha se basa en gran medida en estudios de modelos, y los datos empíricos a nivel de población sobre la efectividad son escasos a nivel mundial. Los datos de 149 países mostraron que la incidencia de covid-19 disminuyó en un promedio del 13% en asociación con las intervenciones de distanciamiento físico

No se encontró evidencia de beneficios adicionales del cierre del transporte público cuando se implementaron otras cuatro medidas de distanciamiento físico (cierres de escuelas, lugares de trabajo, restricciones a reuniones masivas y confinamiento), en tanto la implementación anterior del bloqueo se asoció con una mayor reducción en la incidencia de covid-19.


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